En recientes declaraciones, Jordi Bertomeu, representante de la Iglesia Católica en el proceso de disolución del Sodalicio de Vida Cristiana —decisión decretada por el papa Francisco—, aseguró que llevará el caso del Sodalicio ante la justicia de Estados Unidos. A primera vista, la decisión parece razonable; sin embargo, al analizar el trasfondo de por qué el caso está siendo llevado a un país diferente al Perú, siendo que las operaciones de la organización religiosa se desarrolló en nuestro territorio, se deduce una razón preocupante: la Iglesia Católica desconfía del sistema judicial nacional.
«Llevaremos el caso a la justicia de Estados Unidos. (…) Si solo tuviéramos la justicia peruana, lo tendríamos difícil, pero confiamos en que en Estados Unidos sea diferente», concluyó Bertomeu en declaraciones para la prensa catalana sobre el caso que ahora lidera.