La fiscal especializada en lavado de activos, Elizabeth Peralta, fue vista por última vez el último lunes antes de convertirse en prófuga de la justicia ante una orden judicial que le impuso 18 meses de prisión preventiva debido a su presunta implicancia en una trama de tráfico de influencias y sobornos, en la que también está involucrado el presentador de televisión, Andrés Hurtado.
La audiencia de ese día se realizó para desempatar la división en la Corte Suprema, donde había una igualdad de votos sobre su prisión preventiva. Durante la sesión judicial, el juez supremo expresó inquietudes respecto a la defensa de Peralta.
“Ha citado la jurisprudencia y doctrina, pero luego no menciona que en realidad ella no ha mentido y señala una serie de situaciones que serán analizadas. La pregunta es con qué argumento suyo me quedo para efectos de decidir: si la conducta de su defendida es en línea de ajustar sus actos a los requerimientos de la autoridad competente, o ejerce su derecho a guardar silencio o faltar a la verdad en línea de defender su posición procesal”, señaló.
La fiscal está relacionada en esta presunta trama corrupta junto con el empresario Javier Miu Lei y el conductor televisivo. Se le acusa de ofrecer influencias para devolver oro incautado a Miu Lei, a cambio de un millón de dólares, y de haber recibido 80,000 dólares para influir en una investigación por lavado de activos contra Paltarumi, competidora del empresario.
Un tercer evento la implica con Hurtado en el pedido 100,000 dólares a la familia de Iván Siucho, actual confesor sincero del caso, para detener una investigación contra Quantico Servicios Integrados. Al conocer el caso, Siucho entregó 20,000 dólares, pero al no completar el monto, la investigación se inició. El Ministerio Público tiene un comprobante de depósito a la empresa de Hurtado como evidencia.
No obstante, la magistrada ha sostenido su colaboración y negó los cargos. “Creo que debe parar esto. Todo publican, cosa que no es, cosa que no me corresponde, todo es obstaculización a la justicia, y doctor, no, no es así. Pido que se haga una pericia, que se haga la pericia caligráfica para que vea que no es mi letra.