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Exobispo de Chiclayo mantuvo en silencio casos de abuso sexual

jhc
9 Sep 2024

No es una, sino tres historias de abuso sexual. Tres mujeres fueron violentadas cuando tenían apenas 9 y 11 años. Su abusador: un sacerdote en el que confiaban ciegamente.
Heridas profundas que aun duelen y que han permanecido abiertas por años, tiempo en el que no han encontrado justicia, solo fuertes obstáculos, de manera permanente, por no ser siquiera oídas
Ana María Quispe, tenía apenas 9 años cuando fue lastimada sexualmente dentro de esta casa parroquial, en La Victoria, Chiclayo. Pertenecía al grupo infancia misionera. Era una niña de fe inquebrantable, dedicada – junto a su familia – a las actividades de la iglesia.
Guardó silencio sintiendo el peso de una culpa que no le pertenecía, trató de olvidar los abusos del sacerdote Ricardo Yesquen. Años después, sin embargo, ocurrió lo impensable otro sacerdote también la abusó.
El sacerdote Eleuterio Vásquez Gonzales, conocido como Padre Lute, según cuenta Ana, era muy amigo de su familia. La condición religiosa del Padre Lute, le permitió convencer a los padres de Ana para acompañarlo en una misión fuera de Chiclayo. Recuerda que viajaron por esta accidentada carretera hasta llegar a un lejano pueblo llamado Cueva Blanca, en Ferreñafe, Lambayeque. El viaje duró 5 horas.
La misa terminó y el sacerdote buscó una casa en el pueblo para pasar la noche. La obligó a ocupar la misma cama.
Ambos abusos fueron denunciados ante el entonces obispo de Chiclayo, hoy Cardenal en Roma, Robert Prevost. La verdad, sin embargo, fue sumergida en las aguas turbias del olvido.
Robert Prevost es un cardenal que ocupa uno de los cargos más influyentes en la Santa Sede. Desde el Vaticano, bajo la mirada del papa Francisco, Prevost tiene la delicada tarea de designar a los obispos en todo el mundo.
Consejero del Pontífice que durante años mantuvo un silencio cómplice ante severas acusaciones de abuso sexual cometidos en el Perú.
El cardenal Prevost archivó las denuncias contra dos sacerdotes por abuso sexual a tres menores, cuando era obispo en Chiclayo, en 2022.
La iglesia no investigó a profundidad el caso, como tampoco lo hizo con otras dos denuncias que se sumaron a la de Ana María, denuncias que señalaban también al sacerdote Eleuterio Vásquez
La iglesia sigue envuelta en escándalos de abuso sexual. Sigue manteniendo a sacerdotes que entre rezos y alabanzas violentan la inocencia de niñas a las que quebrantan la fe y las arrojaron a un tormentoso infierno cargado de angustia y desconsuelo.

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