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En un pequeño rincón del frondoso y verde Alto Amazonas, el Centro de Desarrollo Integral ‘Dos Mundos’ acoge a forasteros a los que promete «métodos de sanación para la transformación interna y el desarrollo espiritual» mediante el consumo de alucinógenos. Allí, a tan solo algo más de media hora en coche de la capital de la provincia, Yurimagua, se escribió el pasado jueves un crimen que conmociona a Perú. Un turista ucraniano, Ivan Kuzmin, descuartizó a la rusa Ludmila Lazarenko porque, según señaló ante la Justicia, había que «salvar su alma».
La «base» del método de ‘sanación’, asegura en su web oficial, es la ayahuasca, una planta alucinógena común en las selvas tropicales que usan como «herramienta central» para purificar al ser humano y eliminar sus energías negativas y sacando la enfermedad desde «su raíz». Fue precisamente bajo sus efectos cuando se perpetró este crimen que, por el momento, mantiene a este ucraniano, autor confeso de los hechos, en prisión preventiva durante los próximos nueve meses.
La Corte de Justicia de la región peruana de San Martín dictó este lunes esta medida preventiva contra Kuzmin por un delito de homicidio, tal y como informó el Poder Judicial peruano. El truculento crimen tuvo lugar el pasado jueves en este centro que se encuentra en el departamento amazónico de Loreto. Víctima y agresor se habían alojado allí y mantenían un vínculo de amistad. El administrador del establecimiento, Juan Carlos Viena, declaró a la emisora RPP que ambas personas se encontraban en un lugar cercano, donde consumieron drogas, según las primeras investigaciones, cuando se perpetró el crimen. El director del centro de sanación, Pepe Ordoñez, cuyo local fue clausurado mientras se aclaran los hechos, aseguró a la prensa que la pareja se hallaba de paso y negó haberles proporcionado alucinógenos. En un pequeño rincón del frondoso y verde Alto Amazonas, el Centro de Desarrollo Integral ‘Dos Mundos’ acoge a forasteros a los que promete «métodos de sanación para la transformación interna y el desarrollo espiritual» mediante el consumo de alucinógenos. Allí, a tan solo algo más de media hora en coche de la capital de la provincia, Yurimagua, se escribió el pasado jueves un crimen que conmociona a Perú. Un turista ucraniano, Ivan Kuzmin, descuartizó a la rusa Ludmila Lazarenko porque, según señaló ante la Justicia, había que «salvar su alma».
La «base» del método de ‘sanación’, asegura en su web oficial, es la ayahuasca, una planta alucinógena común en las selvas tropicales que usan como «herramienta central» para purificar al ser humano y eliminar sus energías negativas y sacando la enfermedad desde «su raíz». Fue precisamente bajo sus efectos cuando se perpetró este crimen que, por el momento, mantiene a este ucraniano, autor confeso de los hechos, en prisión preventiva durante los próximos nueve meses.
La Corte de Justicia de la región peruana de San Martín dictó este lunes esta medida preventiva contra Kuzmin por un delito de homicidio, tal y como informó el Poder Judicial peruano. El truculento crimen tuvo lugar el pasado jueves en este centro que se encuentra en el departamento amazónico de Loreto. Víctima y agresor se habían alojado allí y mantenían un vínculo de amistad. El administrador del establecimiento, Juan Carlos Viena, declaró a la emisora RPP que ambas personas se encontraban en un lugar cercano, donde consumieron drogas, según las primeras investigaciones, cuando se perpetró el crimen. El director del centro de sanación, Pepe Ordoñez, cuyo local fue clausurado mientras se aclaran los hechos, aseguró a la prensa que la pareja se hallaba de paso y negó haberles proporcionado alucinógenos.
