El pollo a la brasa es nuestro plato bandera, y si bien no hay un solo día en el calendario para disfrutarlo, resulta que el domingo 21 de julio es la fecha elegida para celebrarlo. Un pollo a la brasa implica crujientes papas y una buena ensalada, aunque están quienes lo acompañan de chifa o anticuchos.
Este plato, con su auténtico sabor peruano, ha evolucionado a lo largo de los años para convertirse en un símbolo de nuestra cultura culinaria.
Así como otros elementos de nuestra identidad, el pollo a la brasa ha pasado de ser una receta sencilla a convertirse en una tradición familiar y social, presente en reuniones y celebraciones, que no solo es un deleite para el paladar, sino también una experiencia que une a las personas en torno a una mesa, ya sea en familia o entre amigos.
El secreto del éxito de este plato radica en la fusión única de sabores locales que lo componen. Desde sus inicios, esta receta ha combinado ingredientes y técnicas de diferentes partes del Perú, logrando un equilibrio perfecto entre lo tradicional y lo contemporáneo. La marinada, que incluye una mezcla de especias y hierbas locales, es fundamental para obtener ese sabor inconfundible que tanto nos gusta. Asimismo, la diversidad de su preparación ha evolucionado, y hoy en día no solo se cocina a la brasa, sino también a la leña, al carbón, cada una aportando un matiz diferente al sabor final.